En la costa sur, el medio geográfico desértico y agreste imponía duros desafíos a la existencia humana. No obstante, en estas circunstancias surgió una de las culturas más importantes del Horizonte Temprano: Paracas.
El dominio del entorno
La cultura Paracas se desarrolló en los valles de San Juan, Ica y Río Grande, entre los años 700 a.C. y 200 d.C. Si bien fue contemporánea con Chavín, Paracas tuvo una evolución cultural independiente.
Debido a que los pequeños valles que habitaban los paracas estaban rodeados por el desierto, tuvieron que diversificar su producción dedicándose a la pesca, a la caza y a la recolección de frutos y mariscos. No obstante, su principal actividad fue la agricultura. Para ampliar sus zonas de cultivo, los paracas usaron 0principalmente dos técnicas: los canales de irrigación, sistema que consistía en cortar la roca de los cerros y levantar muros para canalizar el agua; y las hoyas o campos hundidos, sistema que consistía en cavar en el suelo hasta alcanzar la tierra húmeda para cultivar.
Organización política y estratificación social
Los paracas no conformaban una unidad política, sino que se organizaban en diversas jefaturas lideradas por élites que controlaban sectores específicos de los valles y que basaban su poder en el culto.
Los paracas, a diferencia de otras culturas del Periodo Inicial y del Horizonte Temprano, construyeron pocos recintos ceremoniales monumentales. Los vestigios que dejaron de su jerarquización social fueron sus rituales funerarios. Así, algunos muertos estaban envueltos en mantos bellamente decorados y eran enterrados con suntuosos ajuares, lo cual lleva a pensar a los arqueólogos que estos enterramientos corresponden a individuos que pertenecían a las élites que gobernaban los valles, pues otros, en cambio, se hallaban casi desnudos.
Julio C. Tello, quien fue el primero en estudiar la sociedad paracas, identificó dos fases de su historia a partir de dos estilos de enterramientos:
Paracas cavernas
Las tumbas de esta fase eran cámaras en la que los fardos funerarios estaban junto con las ofrendas
Paracas necrópolis
Las tumbas de esta fase tenían una forma rectangular y eran semisubterráneas.
La preocupación por el más allá
Los paracas enterraban a los miembros de su élite siguiendo un patrón similar pues eran puestos de cuclillas, en posición fetal, dentro de una canastilla. La idea era que cuando un hombre moría, nacía a una nueva vida. Para “nacer” de nuevo, tenía que estar en la misma posición en la que estuvo en el vientre de su madre. Sin embargo, luego de este nuevo nacimiento”, los muertos se convertían en miembros sacralizados del grupo social y, por lo tanto, se les rendía culto y se les dejaba ofrendas.
Expresiones artísticas de la cultura Paracas
Los paracas sobresalieron en tres tipos de arte:
» La arquitectura. Los centros ceremoniales estaban compuestos por enormes templos piramidales rodeados de plazas y de otras estructuras más pequeñas, como los complejos de Soto y San Pablo, situados en el valle de Chincha. Las aldeas se ubicaban en las laderas de las montañas y en las elevaciones que bordean los valles del interior. Las viviendas tenían cimientos de piedra y paredes de quincha.
» La cerámica. Era polícroma y tenía pintura poscocción, lo que quiere decir que los colores eran aplicados después de que el ceramio salía del horno. En su etapa final, la cerámica paracas se volvió monocroma y con pintura precocción.
» Los tejidos. Los paracas tejieron hermosos y coloridos mantos con lana de vicuña y algodón, en los que combinaron 190 matices derivados de siete colores.
Los mantos tenían un gran tamaño y estaban decorados con imágenes de seres fantásticos y figuras geométricas Doc. 13, Al parecer, los textiles paracas fueron elaborados con la única finalidad de formar parte del envoltorio de un fardo funerario. La casi totalidad de textiles proviene de tumbas de la época Paracas necrópolis.
La práctica de la cirugía y la deformación craneana
Los arqueólogos descubrieron en los cráneos de las momias paracas evidencias de una práctica muy singular: la trepanación craneana. Esta intervención quirúrgica consistía en perforar el cráneo del paciente para extraer algún pedazo de hueso dañado, Para ello, los paracas utilizaban instrumentos hechos de obsidiana, una piedra dura y vidriosa. Se tiene conocimiento de que muchos de los pacientes sobrevivieron al tratamiento, pues los cráneos muestran reconstitución ósea en las zonas trepanadas. A partir de estos indicios, los arqueólogos dedujeron que existían enfrentamientos bélicos frecuentes entre los diversos grupos paracas.
En 1925, Julio C. Tello y Samuel K. Lathrop excavaron un sitio paracas llamado Cabeza Larga. En él, encontraron numerosos restos humanos cuyos cráneos tenían una forma alargada y aplanada. Este hallazgo evidenció que los paracas realizaban deformaciones craneanas con el objetivo de diferenciarse físicamente de otras etnias vecinas.
Arte textil y culto al medio ambiente
El arte textil, así como otras manifestaciones artísticas de las culturas prehispánicas, representa la cosmovisión, las costumbres y la relación de los pueblos con su medio geográfico a través de una variada y compleja iconografía. En este sentido, la textilería paracas representa su medio geográfico y lo diviniza; así, muchos animales eran considerados deidades, como los cernícalos, picaflores, halcones, felinos, cetáceos y camélidos.