En la época incaica la religión fue politeísta, es decir,
adoraban a varias divinidades, entre las que destacaban:
Wiracocha. El Supremo Hacedor. Considerado el creador del
Universo, la Tierra, el hombre, el Sol, la Luna y de todo cuanto existía. Se le
encontraba en todas partes y adoptaba formas diferentes.
El Inti o el Sol. Era la divinidad principal del Imperio. Su
culto empezó en el Cusco, pero se fue propagando paulatinamente por todos los
pueblos del Tahuantinsuyo. Fue venerado con gran pompa en el Cusco, en donde se
levantaba su gran templo: el Coricancha, que exhibía bellas paredes interiores
recubiertas de planchas de oro y adornadas con piedras preciosas.
Pachacámac. Era el dios del mar, de la tierra, de la
fecundidad, del calor y de la vida. Fue la divinidad principal de la Costa
Peruana. Su santuario se levantaba a orillas del río Lurín, a 30 kilómetros al
Sur de Lima.
Otras divinidades menores. Entre ellas tenemos:
- La Luna (Quilla), esposa y hermana del Sol.
- La Mama Pacha (la Madre Tierra), que representaba a la tierra, fuente de vida.
- La Mama Cocha (el Mar), la diosa de las aguas, del mar, de los lagos y de los ríos.
Festividades religiosas. Las fiestas principales del incario
eran eminentemente de carácter religioso y vinculadas a las faenas del campo y
al inicio de las estaciones del año. Las más importantes eran:
- El Inti Raymi. Fiesta que hasta el día de hoy se sigue celebrando en el mes de junio. Conocida también como Pascua del Sol o Pascua Solar, el Inti Raymi es considerada la fiesta más grandiosa y solemne de los incas, pues constituía una demostración de gratitud hacia el dios Sol por inmensos beneficios recibidos.
- El Cápac Raymi. Celebrado en el mes de diciembre, época de lluvias en la Sierra. Estaba dedicada al Inca y a la nobleza.