GLOSARIO
Colonia. Ciudades fundadas por los griegos procedentes de una polis en la Hélade o antigua Grecia.
Aristocracia. En la antigua Grecia, la aristocracia estaba constituida por un grupo de privilegiados que ejercía el poder. Hoy este término se aplica a la clase formada por los nobles de un país.
En la época arcaica, se empezaron a formar las bases de la civilización griega clásica a partir de tres importantes procesos; la formación de las polis, la expansión griega y las reformas legislativas en las polis.
La formación de las polis
En la época arcaica, desde el siglo VIll a.C, los griegos se fueron agrupando en polis. La polis era un espacio similar a una ciudad que tenía un gobierno, una forma de vida, unas leyes y un ejército propios. Atenas, Esparta, Corinto y Tebas fueron algunas de ellas. La polis comprendía el espacio rural y el urbano. Este último, por lo general, estaba ubicado al pie de una colina, en cuya cima construían una acrópolis, lugar de refugio y residencia de las autoridades, donde también se edificaban los templos. A pesar de ser autónomas en lo político y tener costumbres propias, todas las polis compartían un modelo cultural común, lo que hizo que se sintieran parte de una misma civilización.
Los Juegos Olímpicos: una expresión de la unidad griega.
Los habitantes de las diferentes polis griegas, y luego también los de sus colonias, se sentían vinculados por lazos religiosos, lingüísticos y culturales que se manifestaban a través de las tradiciones y los rituales compartidos. Una de estas tradiciones era la disputa de los Juegos Olímpicos, que se celebraban cada cuatro años en la ciudad de Olimpia. En estos eventos, que se iniciaron en el año 776 a.C., los atletas competían en distintas disciplinas deportivas: boxeo, atletismo, carrera de carros, lanzamiento de jabalina y lucha.
Las competencias buscaban fortalecer la unidad del pueblo griego, adorar al dios Zeus y propiciar la paz. Así, durante su desarrollo, las guerras se suspendían. Cada triunfador era premiado con una corona de olivo y obtenía fama y respeto.
La expansión griega en el Mediterráneo
Entre los siglos VIII y VI a.C. se produjo en Grecia una crisis. La población creció mucho, pero el suelo fértil era escaso y no producía alimentos para todos. El hambre se extendió. Entonces, muchos griegos emigraron a tierras extranjeras para buscar sustento. Los emigrantes fundaron numerosas colonias por todo el Mediterráneo.
La expansión se desarrolló en dos oleadas distintas:
» Una hacia el oeste, entre los años 750 y 650 a.C. Los griegos se asentaron en las islas y costas del mar Jónico, Sicilia, el sur de Italia y Francia, Libia y el noreste de la península ibérica.
» Otra hacia el este, que tuvo lugar después del año 650 a.C. Los griegos fundaron colonias en las costas del mar Negro.
Las colonias se creaban en lugares cercanos a la costa para facilitar el transporte y el comercio. También buscaban zonas con una colina desde la que pudieran defender la ciudad y que tuvieran agua y terrenos fértiles. Las colonias no tenían que mantener los dioses, las costumbres y la organización de las polis de las que procedía su población, ya que eran comunidades independientes.
Las colonizaciones tuvieron importantes efectos. Por una parte, permitieron a los griegos entrar en contacto con otros pueblos, como los fenicios, los etruscos y los egipcios. Por otra parte, sirvieron para extender la civilización griega más allá de sus fronteras.
Descontento social y reformas legislativas
Con el paso del tiempo, el poder en las polis pasó a manos de una minoría privilegiada, que controlaba la mayor parte de las tierras, que eran trabajadas por los campesinos. La aristocracia exigía el pago de pesados tributos o de intereses muy altos por los préstamos que ofrecía a los pequeños agricultores. Cuando estos no podían pagar sus deudas, debían entregar sus tierras y convertirse en esclavos. Esta situación provocó el descontento social y originó el surgimiento de legisladores que reformaron y pusieron por escrito las leyes. Los más conocidos fueron Licurgo, en Esparta, y Dracón y Solón, en Atenas. Sin embargo, las tensiones continuaron.