⭐La civilización Caral. La cultural más antiguo del Perú 📘 aulamedia

El medio geográfico

En el área norcentral del valle de Supe, al norte de la región Lima, provincia de Barranca, en el distrito de Supe se encuentra la ciudad sagrada de Caral. Este territorio tiene un clima templado y cuentan con el río Supe, que solo tiene agua en los meses de verano producto de las lluvias de la serranía.

El espacio territorial era estratégico, ya que le permitía a los pobladores tener conexión con otras regiones pues se encontraba cerca de una meseta altoandina que llegaba al Callejón de Huaylas y, en su ruta hacia el oriente, hasta las cuencas del Marañón y del Huallaga, es decir la puerta de ingreso de la Amazonía.

La descubridora

A fines de 1997, la arqueóloga Ruth Shady, con apoyo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, dirigía las investigaciones para identificar la antigüedad de la ciudad sagrada de Caral.
A mediados del año 2000, unas muestras de fibra vegetal halladas en la esquina de un templo fueron llevadas para ser procesadas por laboratorio de fechado de carbono 14, lo que arrojó como resultado que Caral se habría desarrollado alrededor del 3000 a. C.

El periodo

Con el aporte del fechado de Caral se pudo determinar que surgió durante el Periodo Arcaico superior el año 3000 a. C.

Con esta información se le considera como la civilización más antigua de América, la cual es contemporánea a otras como Mesopotamia, Egipto, India y China.

La economía

Los habitantes de Caral obtenían recursos de su entorno para construir sus viviendas y elaborar canastas y esteras; utilizaban la madera como combustible. En el río Supe conseguían peces y camarones mientras que en el valle cultivaban zapallo, frijol, camote, pacae y guayaba.

Su principal cultivo fue el algodón, que usaban para fabricar ropa y redes de pesca y lo intercambiaban por productos que necesitaban; es decir su economía fue básicamente agrícola–pesquera.

Su ubicación territorial les permitió ser el centro de una amplia red de intercambios que se extendía por la costa y la sierra, esto se sabe por los diversos objetos elaborados con materiales provenientes de la sierra y la selva andina.

La sociedad

En Caral hubo una clara división social. La clase gobernante estuvo conformada por sacerdotes y funcionarios que se encargaban de dirigir los rituales públicos, preparar las ceremonias y los trabajos colectivos, administrar el tributo, analizar los datos astronómicos y elaborar calendarios para organizar las actividades del pueblo.

Vivían en grandes casas y tenían objetos lujosos como hachas de cuarzo, asientos de vértebras de ballena y collares de cuentas exóticas.

La clase más numerosa estaba formada por agricultores y pescadores, quienes reconocían el poder de los gobernantes pagándoles el tributo a través de dos formas: con su trabajo o entregando productos. Estos pobladores, además de sus faenas habituales, se dedicaban a prestar servicios a la ciudad. Sus viviendas eran pequeñas y sencillas.

Los aportes culturales

La arquitectura

Comprende un total de 32 estructuras públicas y varios conjuntos residenciales, y a sus alrededores se construyeron varios conjuntos de viviendas; se puede dividir en dos mitades de acuerdo a la estructura de la ciudad:

Mitad alta: Pirámide Mayor, varias pirámides de gran dimensión, una plaza circular, dos áreas para ceremonias masivas, unidades de vivienda y un conjunto residencial extenso.

Mitad baja: Pirámides y edificio de menores dimensiones, un templo del anfiteatro y un conjunto residencial más pequeño y modesto.

Para la construcción de pirámides y edificios públicos utilizaron muros de piedra con morteros de arcilla y piedras menores envueltas en shicras (bolsas tejidas con fibras vegetales). En cambio, para construir sus viviendas usaron muros de armazón vegetal, a base de palos de sauce, con guarangos y caña brava.

La escultura

En varias estructuras de Caral se ha encontrado un centenar de estatuillas con representaciones humanas elaboradas en arcilla no cocida de 10 centímetros de altura.

La mayoría están rotas o con ausencia de algunas partes como brazos, piernas o cabeza. Además, se cree que formaron parte de algún ritual relacionado a las construcciones.

Estas estatuillas también han brindado información de cómo se vestían, y sobre los tocados y peinados de los habitantes.

La música

Se han recuperado tres conjuntos musicales conformados por instrumentos de viento que debieron ser usados en las actividades religiosas y sociales. Este conjunto de instrumentos musicales está conformado por 32 flautas traversas, 38 cornetas y 4 antaras, elaboradas con huesos de pelícano, huesos de guanaco y carrizo.

Otros aportes

Cabe resaltar que también se encontró un quipu en una pirámide, lo que indicaría el uso antiguo de este objeto.

También se encontró el llamado Geoglifo de Chupacigarro, que representa una cabeza de perfil cuyo rostro se orienta al Este, tiene el ojo cerrado, la boca abierta y el cabello batido por el aire; se cree que sirvió para realizar observaciones astronómicas.

Sobre la antigüedad de Caral

El descubrimiento de Caral y su inesperada antigüedad ha puesto en duda el lugar de Chavín de Huántar como el foco cultural más antiguo de los Andes.

Durante mucho tiempo, los arqueólogos sostuvieron que Chavín había sido la primera gran cultura andina, el núcleo a partir del cual se irradiaron los logros culturales al resto del territorio.

Sin embargo, Ruth Shady afirma con absoluta seguridad que Supe fue el asiento del primer Estado político formado en esta parte del mundo, y que Caral fue su centro urbano más importante.

Hasta el momento, las pruebas radiocarbónicas han fechado el surgimiento de Caral alrededor de los años 3000 y 2500 a. C., que corresponde al periodo Precerámico. Por lo tanto, es anterior a Chavín en al menos 1500 años.

No obstante muchos especialistas recibieron la noticia con escepticismo, porque hasta entonces se pensaba que una arquitectura monumental como la de Caral no era característica del periodo Precerámico, sino muy posterior.

Se creía, además, que no existían centros urbanos de las dimensiones de Caral (66 hectáreas) para una época tan antigua, puesto que la mayoría de asentamientos descubiertos para ese periodo alcanzan, en el mejor de los casos, una extensión de 3 o 4 hectáreas.