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Los arqueólogos e historiadores afirman que entre los años 1200 a.C. y 400 a.C. el espacio andino pasó por un proceso de síntesis cultural caracterizado por la influencia del culto desarrollado en Chavín de Huántar.

El primer horizonte cultural

Durante este periodo, las ideas religiosas elaboradas por la élite sacerdotal de Chavín se difundieron por amplias zonas del Perú. Este fenómeno originó la primera integración regional, es decir, posibilitó el intercambio de productos, experiencias e ideas entre las diversas poblaciones que habitaban parte importante del espacio andino.

En esta época se dieron por primera vez signos claros de diferenciación social. Dos sectores de la población alcanzaron mayor importancia: los artesanos, que adquirieron ciertos privilegios; y los sacerdotes, que concentraron el poder. A su vez, el arte estuvo muy vinculado con la religión: los artesanos fabricaban pequeños objetos relacionados con el culto.

Las investigaciones arqueológicas recientes han delimitado la expansión de Chavín a un espacio más específico: Áncash, Huánuco y Lima, con influencia marginal en Ica, Ayacucho y Junín. En el norte dominaron otras corrientes religiosas, más conectadas con el espacio cultural ubicado al norte del río Amazonas.

Chavín adquirió importancia debido a la expansión del culto al felino, el cual congregaba periódicamente a la población en torno a grandes centros ceremoniales a los que se llevaban ofrendas. Durante el Horizonte Temprano, el Templo de Chavín (Áncash) fue el más importante de los grandes centros ceremoniales existentes en el espacio andino. No obstante, hubo otros templos de gran importancia, como Huaca de los Reyes (La Libertad), Garagay (Lima) y Kunturwasi (Cajamarca).

Los orígenes de Chavín

Existen tres principales teorías sobre el origen de Chavín:

Julio C.Tello, quien fue el primero en excavar el Templo de Chavín, afirmaba que las imágenes de serpientes, jaguares y caimanes utilizadas en la iconografía chavín evidenciaban su procedencia amazónica. Para Tello, Chavín fue la matriz de todas las demás culturas andinas.

Rafael Larco Hoyle proponía que su origen provenía de la costa norcentral, pues encontró cerámica muy similar a la de Chavín en Cupisnique (La Libertad). Además, señalaba que el Templo de Chavín tuvo como referente arquitectónico al recinto ceremonial de Sechín.

Richard Burger señala que la influencia religiosa vino de la costa y fue llevada a la sierra. Allí, unida a tradiciones amazónicas, fue madurando hasta crear un nuevo culto que, reelaborado y fortalecido por otras tradiciones regionales, se extendió por el Perú.

Investigaciones arqueológicas contemporáneas señalan que el culto chavín comenzó durante el Periodo Inicial, hacia el año 1500 a.C,, fecha probable del inicio de la construcción del templo. Su época de mayor esplendor se data alrededor del año 750 a.C. Al parecer; el templo fue abandonado hacia el año 500 a.C.

El Templo de Chavín

El elemento fundamental de la expansión chavín estuvo en la hegemonía y el prestigio de su gran templo. El Templo de Chavín se ubica en la confluencia de los ríos Mosna y Wacheqsa, en la región Áncash. A fines del Periodo Inicial, este templo ya era un importante centro de culto que tenía una población local de no más de 500 habitantes. Posteriormente, la pequeña comunidad creció hasta tener unos 3000 pobladores.

El Templo de Chavín fue construido en un lugar estratégico, cerca de la Cordillera Blanca, que corre paralela a la costa y forma una barrera para quien viaja de la selva a la costa o viceversa. Hay pocos caminos libres por donde se puede atravesar la cordillera, y dos de ellos pasan por el Templo de Chavín. Esto hizo del templo un lugar de fácil acceso y el paso obligado en el intercambio de productos.
Por otro lado, estaba ubicado en un lugar muy apropiado para la observación de los astros, lo que permitió a sus sacerdotes conocer los ciclos agrícolas y “predecir” las estaciones.

Todas estas características convirtieron al Templo de Chavín en un importante lugar de peregrinaje al que acudían los campesinos con ofrendas para escuchar al oráculo.

Fases del Templo de Chavín

Según el arqueólogo John Rick, se pueden identificar en el Templo de Chavín hasta 15 fases constructivas. No obstante, debido a una clara distinción entre estilos arquitectónicos, iconografía religiosa y divinidades reverenciadas, suelen señalarse dos sectores:

El Templo Antiguo (1500-750 a.C.) siguió con el patrón arquitectónico en forma de U, típico del Periodo Inicial: tres alas alrededor de una plaza circular hundida.

Dentro de este templo se construyó una red de galerías que comunicaban pequeños cuartos oscuros y húmedos. El pasaje más importante es el que lleva a la galería del Lanzón, monolito en el que se encuentra representado el dios felínico chavín. En otras galerías se han encontrado vasijas llenas de comida y chicha, Spondylus y huesos humanos quemados.

El Templo Nuevo (750-500 a.C.) es una ampliación del ala derecha del Templo Antiguo, y es mucho más grande que este, ya que continúa a través de plataformas y culmina en una gran plaza cuadrangular hundida. En el Templo Nuevo sobresalen dos monumentos: la portada de las Falcónidas y la Estela Raimondi. En esta última, al parecer; se encuentra representada una nueva deidad chavín un personaje portador de dos báculos— que reemplazaría en el culto al dios felínico.

Ancash. Chavín y los intercambios regionales

Cuando Chavín se convirtió en un importante centro ceremonial andino, hacía mucho tiempo que se efectuaban intercambios de productos entre distintos núcleos poblados de la costa, de la sierra y de la selva. Según el arqueólogo Duccio Bonavia, la gente de Chavín habría recibido, de la selva alta y la selva baja, hojas de coca, plumas, maderas y, posiblemente, hasta alucinógenos utilizados para fines rituales; de diversas zonas de la serranía, minerales y obsidiana, y de otros lugares de la costa, sal, conchas y, probablemente, algodón. En el caso concreto de la obsidiana, cuyo uso ritual estuvo ampliamente difundido en los Andes, era obtenida en las canteras localizadas en Huancavelica y Ayacucho. De mucho más lejos eran los moluscos marinos strombus y Spondylus (mullu), cuyo hábitat natural se encuentra en las aguas tropicales de Ecuador. De esta manera, se configuraba alrededor de Chavín un gran sistema de intercambio de productos interregionales.