El extenso territorio incaico tuvo que ser dividido a fin de poder ser gobernado con eficiencia.
En tal sentido, el Estado inca fue distribuido en cuatro regiones, también llamados suyos, cuyo punto de inicio lo constituía la ciudad del Cusco. Estas regiones eran las siguientes:
1. Chinchaysuyo
2. Collasuyo
3. Contisuyo
4. Antisuyo