¿Para qué sirve estudiar historia?
¿Qué tienen en común un papiro egipcio, un mural inca y un tuit sobre la guerra en Ucrania?
Aunque estén separados por siglos —o incluso milenios—, todos son fragmentos de historia. Pedazos del pasado que decidimos conservar, interpretar… o incluso ignorar. La historia está en todas partes: en las bibliotecas, en los monumentos, en los discursos políticos y también en las redes sociales. Pero la gran pregunta es: ¿para qué sirve estudiar historia?