Los sumerios
Hacia el año 3500 a.C, se fundaron las primeras ciudades-estado sumerias: Kish, Uruk, Ur y Lagash. En el interior de cada ciudad se encontraba el templo, que a menudo se construía sobre una enorme torre escalonada llamada zigurat. Inicialmente, el mando político fue ejercido por un rey-sacerdote elegido por los pobladores. Con el tiempo, el cargo se volvió hereditario y el gobernante recibió el título de ensi. Este se encargaba de defender la ciudad, dirigir las obras de riego y organizar el culto a los dioses.
El Imperio acadio
Hacia el año 2330 a.C., los acadios se establecieron en la región. Durante el reinado de Sargón establecieron su capital en la ciudad de Akkad y sojuzgaron a los sumerios. Con el tiempo, los acadios adoptaron las creencias religiosas de los sumerios, lo que dio origen a la cultura súmero-acadia.
En el año 2125 a.C., los ataques de los gutis debilitaron el gobierno acadio y permitieron la liberación de las ciudades-estado sumerias. Á partir de ese momento, se produjo una pugna entre ellas por establecer su hegemonía.
El Imperio babilónico
Tras un siglo de caos, los amorreos conquistaron paulatinamente las ciudades-estado y fundaron en ellas nuevas dinastías. Hammurabi (1792-1750 a.C.), uno de los reyes amorreos, unificó las ciudades sumerias y el norte de Mesopotamia al llegar al trono de Babilonia (antigua Akkad) y fundó el primer Imperio babilónico.