¿POR QUÉ EL PALEOLÍTICO LO CAMBIÓ TODO?✨aulamedia Historia


EL PALEOLÍTICO: LOS ORÍGENES DE LA HUMANIDAD

Imagina un mundo sin ciudades, sin agricultura, sin escritura. Un mundo donde la supervivencia dependía del ingenio, la cooperación y una piedra afilada. Así comenzó la historia humana, en el Paleolítico, la era más extensa y decisiva de nuestro pasado.

El término “Paleolítico” proviene del griego palaiós (antiguo) y lithos (piedra), y significa literalmente “piedra antigua”. Este período abarca desde hace unos 2,5 millones de años hasta alrededor del 8000 a.C., cuando surgieron la agricultura y la ganadería. Durante este tiempo, el ser humano evolucionó física y mentalmente, aprendiendo a fabricar herramientas, dominar el fuego y crear las primeras formas de arte y pensamiento simbólico.

Los primeros humanos surgieron en África, considerada la cuna de la humanidad. El Homo habilis, conocido como “el hombre hábil”, fue el primero en tallar piedras para fabricar herramientas simples, marcando el inicio del Paleolítico Inferior. Más tarde, el Homo erectus aprendió a caminar erguido y dominó el fuego, una revolución que transformó la alimentación, la protección y el pensamiento. El fuego permitió cocinar los alimentos, obtener más energía y, sobre todo, crear comunidad alrededor de una fogata.

Con el Homo neanderthalensis, o Neandertal, surgieron comportamientos complejos como el cuidado de los enfermos, los entierros rituales y una mayor sofisticación en las herramientas. Finalmente, hace unos 200 mil años, apareció el Homo sapiens, nuestra propia especie. Con él, la humanidad alcanzó un nuevo nivel de desarrollo cultural: el lenguaje articulado, el arte rupestre y las primeras expresiones de espiritualidad.

Durante el Paleolítico, los humanos eran nómadas. Se desplazaban constantemente en busca de alimento y refugio, organizados en pequeños grupos de cazadores y recolectores. Hombres y mujeres desempeñaban roles complementarios: ellos cazaban grandes animales como mamuts y bisontes, mientras ellas recolectaban frutos, raíces y semillas. Esta cooperación fue clave para la supervivencia y sentó las bases de la vida social.

El arte paleolítico es uno de los testimonios más fascinantes de la mente humana. En cuevas como Altamira (España) o Lascaux (Francia), nuestros antepasados pintaron bisontes, caballos y figuras humanas con sorprendente realismo. Estas obras, realizadas con pigmentos naturales, revelan una profunda conexión espiritual con la naturaleza. Además, pequeñas esculturas conocidas como “Venus paleolíticas”, como la Venus de Willendorf, simbolizaban la fertilidad y la vida.

El Paleolítico concluyó hacia el 10 000 a.C., cuando los cambios climáticos marcaron el final de la última glaciación. Los humanos comenzaron a domesticar animales y a cultivar plantas, dando inicio al Neolítico y a la vida sedentaria.

Sin embargo, el legado del Paleolítico perdura. En esa era nacieron el lenguaje, la cooperación, el arte y la espiritualidad: los pilares que aún nos definen como especie. Fue el tiempo en que, por primera vez, el ser humano miró el fuego y comprendió que podía transformar el mundo.

Porque fue en el Paleolítico donde realmente comenzó la historia de lo humano.