Dientes afilados, pies con garra de gancho de gran tamaño. Podría decirse que es el antepasado de algunas aves pues hubo un tiempo que tuvieron plumas que usaron en su defensa. Pero hay un pequeño detalle: es un asesino despiadado. Es más, su tamaño no era mayor que el de un perro, y aun así tenía la rapidez para perseguir presas más grandes que él gracias a sus dos patas alargadas. No creía en nadie, ni en sus congéneres a quienes podía atacar y matar. Se afirma también que podía cazar de noche. Eso sí, siempre cazaba en solitario para no compartir a su presa.