El temible Giganotosaurus fue uno de los más grandes carnívoros de la Tierra. Su cola delgada y puntiaguda lo habría ayudado a equilibrarse y a hacer giros rápidos mientras corría tras su presa a velocidades de alrededor de 50 km/h. Se deduce que atacaba a presas lentas, y era más bien un depredador en emboscadas, aunque su mayor enemigo fue el Tiranosaurio Rex, a quien se parecía mucho físicamente y tal vez superaba en peligrosidad. Se guiaba con su gran agudo olfato para detectar a sus víctimas, y sus fauces llenas de dientes achatados y largos estaban preparados para desgarrar profundamente. No se hacía problemas, ataca, mataba y se comía a sus víctimas.