El proceso de neolitización en los pueblos andinos durante el Precerámico Tardío presenta peculiaridades notables en comparación con su contraparte europea. A diferencia de esta última, en la región andina, el descubrimiento de la cerámica no desempeñó un papel fundamental en la transición hacia una forma de vida más sedentaria y basada en la agricultura. Este fenómeno singular estableció las bases para un desarrollo cultural diverso y fascinante en la región. En este extenso análisis, exploraremos las complejidades de la economía y la sociedad durante este periodo, destacando sitios arqueológicos clave como Huaca Prieta, La Galgada, Kotosh, y, especialmente, Caral, considerada la civilización más antigua de América.
 



Economía y Sociedad en el Precerámico Tardío:

Durante el Precerámico Tardío, la producción agrícola emergió como el pilar fundamental para la subsistencia de las comunidades andinas. Este cambio significativo no solo alteró las prácticas económicas, sino que también desencadenó una transformación en la organización social. El surgimiento de individuos con conocimientos especializados sobre los ciclos agrícolas marcó el inicio de una élite que, con el tiempo, ejercería una gran influencia en sus respectivas comunidades. Este fenómeno ilustra la complejización social que acompañó a la transición hacia una economía agrícola.

El aumento significativo de la población en las aldeas durante este período también es digno de mención. En la costa norte, lugares como Huaca Prieta y Culebras revelan casas subterráneas elaboradas con piedra y techos de palos y tierra. En la costa sur, las estructuras se adaptaron al nivel del suelo, utilizando caña y huesos de ballena para reforzar las construcciones. La costa central albergó las aldeas más antiguas de Perú, La Paloma y Chilca en el valle de Chilca, dando cuenta de la diversidad arquitectónica de la región.

Arquitectura Monumental y Sitios del Precerámico Tardío:

Hacia el año 3000 a.C., al final del Precerámico Tardío, surgieron las primeras edificaciones de uso colectivo en el espacio andino. Estos sitios, identificados como centros ceremoniales y administrativos, evidenciaban la realización de actos públicos y rituales a través de restos materiales como entierros y ofrendas. Este hecho sugiere la existencia de una élite, posiblemente una casta sacerdotal, dedicada a presidir el culto y entender los ciclos productivos para propiciar buenas cosechas. 

Iconografía Temprana y Notables Hallazgos en Huaca Prieta y La Galgada:

Huaca Prieta, habitada entre los años 4000 a.C. y 2500 a.C., se destaca como un sitio crucial. En 1946, el arqueólogo Junius Bird descubrió el primer depósito precerámico en este lugar, revelando textiles de algodón, incluyendo la icónica figura de un cóndor con una serpiente en su estómago. Este motivo, que continuó durante 4000 años en el arte andino, indica la persistencia y la comunicación cultural a lo largo del tiempo.

La Galgada, construida entre los años 2900 a.C. y 1800 a.C., presenta un recinto escalonado con un altar dedicado al fuego sagrado en su cima. La similitud en la iconografía textil entre Huaca Prieta y La Galgada demuestra el intercambio de ideas y la comunicación cultural durante el Precerámico Tardío.

Kotosh y la Variedad de Sitios Arqueológicos:

Kotosh, ubicado en Huánuco, es otro ejemplo destacado de la arquitectura monumental del Precerámico Tardío. Este sitio, que data desde fines del Precerámico hasta los años 100 y 200 d.C., consta de templos superpuestos. El Templo de las Manos Cruzadas, con su patio hundido y fogón circular, sugiere la veneración al fuego y la complejidad de las prácticas rituales.

La extensa lista de sitios arqueológicos del Precerámico Tardío, desde Huaca Prieta hasta Caral, refleja la diversidad cultural y la riqueza arqueológica de la región.

Caral: Una Antigua Civilización:

Caral, considerada el lugar más representativo del Precerámico Tardío, se formó hace aproximadamente 4500 años en el valle de Supe (Lima). Según la arqueóloga Ruth Shady, Caral es la civilización más antigua de América, contemporánea a Mesopotamia, Egipto, India y China, y anterior, al menos 1500 años, a la civilización mesoamericana.

Con una extensión de 60 hectáreas, Caral destaca por sus seis pirámides y construcciones más pequeñas. La riqueza del suelo y la proximidad a los recursos marinos permitieron a Caral desarrollar una economía sólida capaz de generar excedentes. La ubicación estratégica de Caral entre las comunidades pesqueras de la costa y las localidades agricultoras de la sierra la convirtió en un centro crucial de trueque e intercambio.

Vida en Caral y su Compleja Estructura Social:

La sociedad de Caral se diferenciaba socialmente entre la clase gobernante y las clases populares. La élite, formada por sacerdotes y funcionarios, dirigía rituales públicos, organizaba trabajos colectivos y elaboraba calendarios para la comunidad. Vivían en grandes casas y poseían objetos lujosos, como hachas de cuarzo, asientos de vértebras de ballena y collares de cuentas exóticas.

La economía de Caral se basaba en la complementación entre pescadores y agricultores. Los pescadores adquirían algodón, mates y otros productos vegetales de los agricultores, mientras que estos recibían pescado seco a cambio. El intercambio se extendía a comunidades de la sierra y la selva andina, creando una red de relaciones interregionales.

Modelo de Asentamiento en Caral y su Legado:

El patrón de asentamiento propuesto por Ruth Shady en las laderas de las lomas alrededor del valle de Supe se considera un modelo para el desarrollo posterior de la cultura andina. Esta ubicación estratégica facilitó el comercio interregional, promoviendo la especialización y la diferenciación social entre productores, pescadores y las élites comerciales. Caral no solo representó una avanzada civilización en sí misma, sino que también influyó en la configuración cultural de las sociedades andinas que le sucedieron.

Conclusión:

El proceso de neolitización en los pueblos andinos durante el Precerámico Tardío no solo fue una adaptación a la agricultura, sino una transformación social y cultural única. La ausencia de un papel central para la cerámica, en contraste con otras regiones del mundo, destaca la diversidad de caminos que tomaron las civilizaciones en su búsqueda por asegurar la subsistencia y el progreso. La riqueza de sitios arqueológicos como Huaca Prieta, La Galgada, Kotosh y, sobre todo, Caral, revela la complejidad de estas sociedades antiguas y su contribución a la formación de la identidad andina. La iconografía compartida, los patrones de asentamiento innovadores y la complejidad de las estructuras monumentales son testigos del legado duradero de esta época fascinante en la historia de los pueblos andinos.

Sitios arqueológicos del Precerámico Tardío:

  • Huaca Prieta
  • Alto Salaverry
  • La Galgada
  • Huaca Negra
  • Las Salinas de Chao
  • Huaricoto
  • Piruro
  • Guitarrero
  • Los Chinos
  • Huaynuma
  • Las Haldas
  • Culebras
  • Los Gavilanes
  • Kotosh
  • Áspero
  • Caral
  • Bandurria
  • Río Seco de León
  • Ancón
  • El Paraíso
  • La Paloma
  • Chilca
  • Asia
  • Otuma
  • Casavilca
  • San Nicolás