La vida durante el Alto Imperio
En el periodo conocido cormo el Alto Imperio, la sociedad romana vivió una gran prosperidad, aunque se mantuvieron profundas desigualdades.
Las clases sociales
Durante este periodo, la población se dividía en tres clases sociales:
• Los honestiores u honorables. Constituida por las familias patricias, la burguesía provincial y la élite militar: Desde que el emperador Vespasiano dispuso la venta de los cargos públicos, los honestiores monopolizaran el poder político.
• Los humiliores o humildes. Compuesta por la plebe urbana, los campesinos y los individuos libres sin propiedades. Su pobreza les impedía ejercer cargos públicos.
• Los esclavos. Aunque estaba prohibido encarcelarlos y darles muerte sin motivo, estaban sujetos al poder de sus amos.
Las mujeres romanas
Las mujeres, independientemente de su riqueza o de su origen, nunca fueron consideradas ciudadanas. Eran tuteladas por un varón: primero por su padre o, si este fallecía, por su hermano u otro pariente; cuando se casaban, pasaban a la tutela de su esposo: Los romanos creían que el papel de las mujeres era la crianza de los hijos.
No obstante, podían tener propiedades, regentar negocios y participar en las fiestas y espectáculos. Además, en este periodo adquirieron algunos derechos adicionales, como poder divorciarse y administrar su dote en caso de viudez.
Las ciudades romanas
Los romanos destacaron por la planificación de sus ciudades, cuyo diseño seguía la forma de cuadrícula. La construcción típica de las ciudades era la insulae (isla), que era la casa del romano común. Estaba hecha de adobe y podía tener cuatro pisos.
La domus, en cambio, era una vivienda de lujo donde vivían los patricios y plebeyos enriquecidos. Constaba de una sola planta, tenía un patio interior y estaba adornada con mosaicos. Las ciudades también disponían de espacios públicos para el esparcimiento, como las termas y los baños públicos, los anfiteatros para la exhibición de espectáculos, los teatros para la representación de comedias y tragedias, y los circos para las carreras de cuadrigas.
La economía romana
La economía del imperio dependía fundamentalmente de la agricultura, la cual se desarrolló en distintos tipos de propiedades. En zonas donde la romanización fue lenta, como en las Galias, la agricultura se centró en pequeñas parcelas que producían para el autoabastecimiento. En otras zonas, como Roma y el norte de África, existían los grandes latifundios dedicados al monocultivo. Este tipo de propiedades se concentraban en llanuras cercanas a caminos o ríos para poder transportar y distribuir la producción. El Estado también era propietario de tierras, las que obtenía mediante confiscaciones y donaciones.
La artesanía era otra actividad económica importante. Se desarrollaba en las ciudades, donde estaban los talleres en los que trabajaban los artesanos. La minería se centraba en la explotación de oro, plata, hierro, cobre, estaño, plomo y mercurio.
Por otro lado, se desarrolló un intenso comercio gracias a la seguridad que ofrecía la Pax romana y a la gran red de caminos existente. Asimismo, el uso de una misma moneda en todo el imperio permitió establecer relaciones comerciales con puntos tan distantes como China, el centro de África y el suroeste de Asia.
Los caminos
El temor a sublevaciones e invasiones, así como el desarrollo del comercio, fueron factores determinantes para que se diseñaran caminos que comunicaran rápidamente las ciudades de todo el imperio.
Los romanos se dedicaron entonces a la construcción de calzadas, unos canales excavados en la tierra que eran rellenados con cuatro capas de piedra para que soportaran el peso del tráfico. Aunque su trazado era recto, la superficie era curvada para evitar el estancamiento del agua, Se llegaron a construir 90 000 kilómetros de calzadas.